PODER MENTAL – METAFISICA
En esta manifestación del New Age existe un rango bastante amplio que va desde el Control Mental y la Sofrología, hasta el desarrollo de “poderes mentales”, pasando por la “Metafísica” de la venezolana Conny Méndez, que nada tiene que ver con esa rama de la Filosofía llamada Metafísica, que estudia la ciencia o naturaleza de las cosas.
En el Control Mental Silva y en algunos cursos de “Sofrología”, por ejemplo, hay cosas que se enseñan que son inocuas y a la vez útiles, como pueden ser las reglas nemotécnicas para aumentar la capacidad de memoria, ejercicios para aumentar la inteligencia o para facilitar el aprendizaje. El problema es que estos cursos no se quedan allí, sino que pretenden desarrollar otras facultades, como puede ser, por ejemplo, la telepatía.
En el libro pro-New Age titulado “Nueva Era” (Eileen Campbell y J.H. Brennan), el cual pretende ser un manual guía para todo lo concerniente a la próxima “Era de Acuario”, se dice esto del Control Mental Silva: “su sistema… guarda semejanzas con algunas técnicas esotéricas… pero se presentan con naturalidad, en una manera no mística, lo que les merece una gran consideración por parte del público”.
Es el mismo engaño de la “Meditación Trascendental” y, como veremos más adelante, de los Cursos de Curación por la llamada “Energía Universal”: presentar un método esotérico o religioso pagano disfrazado de científico para que tenga aceptación.
En cuanto al “Poder Mental” propiamente, éste pretende ser una facultad de la mente humana para desarrollar en el hombre la posibilidad de lograr lo que anhele con tan sólo desearlo, proponérselo y decretarlo. Se utilizan técnicas desarrolladas expresamente para ello, con el peligro de que el hombre vuelve a acariciar su deseo más antiguo (tener poderes), cayendo en la misma tentación de Adán y Eva (ser como dioses).
Cuando se promueve la idea de que tratemos de desarrollar esos poderes que supuestamente tenemos dentro, se está confundiendo un don de Dios, que es la voluntad dotada de libertad, con un tal “poder” que realmente no tenemos dentro, sino que es un engaño del Demonio.
Así, Satanás tienta al hombre, pretendiendo hacer de él un ser auto-suficiente y poderoso, entre otras cosas, a través de técnicas de desarrollo de supuestos “poderes mentales”, prácticas conducentes a confundir al hombre y a tratar de hacerlo “ser como dios”.
El hombre que cede a esta tentación de adquirir “poder” o “poderes” mediante cursos y técnicas, logrando así lo que desea, puede llegar a creer que no tiene límites (“The Sky is the Limit” de Wayne Dyer: el cielo, es decir, el infinito, es el límite). El hombre en esa actitud puede irse olvidando de que es criatura dependiente de Dios, su Padre y Creador, y de que su camino en la tierra es buscar la Voluntad de Dios para sí, descubrir los deseos de Dios para su existencia, especialmente a través de la oración, para así llegar a su meta final: el Cielo prometido por nuestro Padre Dios a todos aquéllos que hagan Su Voluntad en esta vida terrena.
Esta actitud de dependencia de Dios y de la búsqueda de Su Voluntad, es muy distinta a lo que le propone Satanás a través de esos supuestos “poderes” de la mente: buscar sus propios deseos, buscar lo que cree merecer, proponérselo y decretarlo.
Aparte de todas estas consideraciones, se corre otro grave riesgo con el uso de ese supuesto “poder mental”: sucumbir a la tentación de pretender dominar la libertad de acción de los demás. ¡Y esto se trata de hacer!
La llamada “Metafísica” de la venezolana Conny Méndez, corriente extendida por toda América y aún Europa, tiene cosas en común con el poder mental, ya que aduce que situaciones comunes en el ser humano, como el miedo, enfermedades, fracasos, etc., son producto de un mal manejo de la mente. Así trata de introducir lo que se ha dado por llamar el “pensamiento positivo”.
Esta aparentemente inocua técnica de pensar en positivo, implementada de la manera propuesta en los textos de “metafísica”, lleva a un rechazo de los planes de Dios y de Su Voluntad, y de las situaciones por El permitidas, pues el que usa este procedimiento comienza a tratar de lograr lo que cree merecer o necesitar, y para ello decreta y ordena lo que piensa le hará feliz. Así trata de obtener beneficios materiales, comodidades, empleos, posiciones, salud, etc., por acondicionamiento mental de sí mismo … y lo que es más grave: de los demás.
De acuerdo a esta corriente se busca el bienestar en esta vida, dejando fuera la esperanza en la vida eterna, en la que no se cree, pues se sostiene la creencia en la re-encarnación, pero con una modalidad propia: se re-encarna si se desea.
Pero la llamada “metafísica” no se queda allí, pues se llega también a la “canalización” de espíritus que es la nueva modalidad o el nuevo nombre del espiritismo.
Y esto no es de extrañar, pues Conny Méndez se dice seguidora de la espiritista fundadora de la Sociedad Teosófica -en la cual tiene sus raíces el “New Age” Helena Blavatsky, a quien defiende y de quien se hace solidaria. También se declara seguidora de un teósofo de este siglo, Guy Ballard, quien fue el inventor del término presencia del “yo soy”, parodia por demás irreverente de la frase con que el Altísimo se identificó ante Moisés al entregarle las tablas de la Ley.
Entre los más eminentes seguidores de Ballard en USA están Mark y Elizabeth Clare Prophet (conocida por sus seguidores como la Guru Ma), fundadores ambos de “Summit Lighthouse” y “Church Universal and Triumphant” (CUT).
Las teorías mentalistas que se observan en la “metafísica” son tomadas del Hermetismo, corriente ocultista muy antigua. Basada en estas teorías, la mente ordena incluso a Dios, quien para los seguidores de esta corriente se manifiesta como el “yo superior” o “conciencia crística” o esa presencia “yo soy”. Pero en realidad en esto se está confundiendo a Dios con uno mismo, y así el propio yo se convierte en el guía o “maestro interior” que sustituye a Dios, y que hasta perdona faltas y pecados.
Los espíritus contactados se llaman “maestros” y se les atribuye mensajes tendientes a lograr una “evolución” necesaria para el planeta y para los seres humanos, mediante técnicas y prácticas ocultistas. Y a todo esto se le llama “espiritualidad”.
En realidad la mal llamada “metafísica” es un conjunto de ideas y prácticas que parecen ser espirituales y que se disfrazan incluso de “cristianas” -¡hasta se atreven a llamarlas así!- al introducir interpretaciones erradas y manipuladas de la Biblia, del Evangelio de Jesucristo, a quien consideran un maestro más.
La “metafísica” es una mezcla de ocultismo, esoterismo, espiritismo, herejías, hermetismo y mentalismo.
Se observa también la intención de introducir la esperanza en una “nueva era” de falso amor y de falsa paz, regida por el hombre sin Dios. Sabemos que los seres humanos podemos llegar a nuestra plenitud sólo confiando en el infinito Poder y Sabiduría de Dios que es Amor, y buscando hacer Su Voluntad, reconociéndonos criaturas dependientes de nuestro Creador y no dioses capaces de lograr a través de técnicas esotéricas, lo que nos propongamos.
El problema con la metafísica y la nueva era es que te vas introduciendo de una manera gradual, casi sin darte cuenta. Piensas ¿Qué tiene de malo en querer mejorar tu vida? ¿Qué tiene de malo leer el horóscopo? ¿Qué tiene de malo meditar y estar más tranquila? ¿Qué tiene de malo querer conocerte a ti mismo? ¿Qué tiene de malo el perdón? ¿Qué tiene de malo ayudar a las personas a conseguir sus sueños?
Quizás es que no aceptamos la voluntad de Dios. Qué nos creemos que nosotros somos dioses. Que no tenemos humildad y creemos que lo sabemos todo y podemos hacer lo que nos place sin consecuencias. Que a veces ayudar a una persona a superar sus límites es hacer daño a otra persona. Que en algunos casos perdonar es darle carta blanca a la persona a seguir pecando o haciendo daño. Que a veces es mejor no buscar en los traumas y en las heridas y seguir adelante, porque hurgar puede hacer que vuelva el dolor.
La vida no es fácil y aunque los gurús de la nueva era nos venden la idea de que puedes conseguir lo que deseas. De que no existe el pecado y de que todo está bien. El famoso “El fin justifica los medios”. No sentirte culpable cuando tus actos no son correctos. Es peligroso para nuestra alma. Porque nuestros actos tienen consecuencias y no siempre puedes conseguir lo que deseas. Porque sentirte culpable es bueno porque así puedes arrepentirte sinceramente y cambiar tus actos.
Parecemos niños pequeños caprichosos haciendo una pataleta porque Dios no nos da lo que creemos merecer o lo que queremos, e intentamos conseguirlo por otros medios sin pensar en las consecuencias.
Gracias, Dios os bendiga
Hace poco un amigo me prestó el mismo libro, de Conny Méndez, “4 en 1”. Siempre supe sobre sociedades secretas, hermetismo, alquimia, esoterismo, numerología, geometría sagrada, simbolismo y cultos, entre otros, y he aprendido que la verdad pura, siempre se censura, y por ende, se esparce débilmente. Me llamó la atención cuando decía la portada “más de 1.500.000 de copias vendidas”, es decir, si aquél libro tuviera una verdad que es oculta por el nuevo orden mundial, jamás llegaría a esas cifras; empezar con esa frase me dejó a qué dudar. De todas maneras decidí darle una oportunidad y leerlo. Estoy muy al tanto de los misterios de Babilonia, y cuando empecé a leer comenzó el libro con una imagen, de dos manos alzándose y arriba una estrella fugaz (un poco sospechoso, ya que para los ocultistas, representa a Lucifer, la estrella caída). Lo leí completo, todo iba bien, parecía ser razonable el querer pensar en cosas positivas, en desearle el bien a otro, también decía de la creencia de Dios, el todopoderoso, y que el objetivo de la metafísica no es convertirte en “ningún diosesito inmortal”, cosa que me parecía razonable, pero después comenzó a hablar de reencarnaciones, de un gran maestro que posiblemente estuvo reencarnado en Jesús, y otras personas de gran fama en la historia, una de ellas, un personaje cuyo nombre no recuerdo, que creó la orden Rosa Cruz. Ahí dije “pará, pero si la orden Rosa Cruz es luciferina, masónica, ocultista y anticristiana, porqué Conny Mendez hablaría tan bien de esta orden?”.
Además de hablar de iluminarte y llegar a un estado de consciencia superior, lo mismo que transmiten las sociedades secretas, y también las públicas, como el yoga, el budismo, taoísmo, entre otros…
Tuve mis dudas, pero después de investigar a fondo, Conny Méndez no es más que una ocultista, adoradora de Lucifer. Me decepcionó la verdad, porque tenía buen comienzo, como dicen en esta página, para inculcar una mentira se debe tener algo de verdad. Así es el libro, empezás con verdades, y luego, pum…