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Cubrirse la cabeza, judaizantes y significados culturales en la Biblia

Cubrirse la cabeza, judaizantes y significados culturales en la Biblia

Hola comunidad de camino al regreso. Tengo una serie de preguntas relacionadas con primera de Corintios 11, sobre las mujeres que se cubren la cabeza, y si esto es aplicable hoy en día. También quisiera preguntar qué quiere decir que esto deba hacerse por “los ángeles”.  He notado que en muchas sectas judaizantes las mujeres se cubren sus cabezas con pañoletas y dicen que es obligatorio para la mujer cubrirse la cabeza. Recuerdo también ver a mujeres ya ancianas en las iglesias católicas que se cubrían con mantos o velos negros para ir a misa.  De hecho he visto algunas sectas que venden pañoletas y bandas para cubrir la cabeza, eso sí, muy “fashion”. Yo siento que esto pudo tener más que ver con el entorno cultural de los tiempos en los que la Biblia fue escrita, y no creo que deba ser aplicable hoy en día, pero tampoco entiendo qué tienen que ver los ángeles en todo esto. ¿Me pudieran orientar?

Este es un tema excelente de investigación que ya teníamos tiempo queriendo tocar, sobre todo al analizar algunos cultos judaizantes que están promoviendo el uso de cubiertas para la cabeza de las mujeres. Cabe mencionar que no vemos nada malo si una mujer desea usar una pañoleta y cubrirse, tanto como si desea no hacerlo. El problema es cuando espiritualizamos cierta acción, pensando que al hacerlo estamos ganando el favor de Dios. Una mujer es libre de elegir cubrirse la cabeza como señal de la autoridad de su esposo sobre de ella, sin embargo, es una decisión personal y no es algo que se pueda usar o promover como forma de juzgar la espiritualidad de una mujer.

Uno de los cultos de falsa doctrina judaizantes norteamericanos conocido como Philia Ministries, que promueve obediencia a la Torah y cubrirse la cabeza en las mujeres.

Todo esto de la cobertura de la cabeza de la mujer en la carta a los Corintios tiene una correlación con la estructura familiar establecida por Dios, y por tanto también tenemos que mencionar este aspecto.

Empecemos por leer el pasaje en cuestión:

1 Corintios 11 (RVR1960)

11  Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.

Atavío de las mujeres

2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué.

3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza.

5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado.

Recordemos que profetizar NO es adivinar el futuro. La palabra προφητεία “profecía” en el Nuevo Testamento se refiere a cualquier enunciado provocado por el Espíritu de Dios o cualquier enunciado que se presente como tal. Profetizar es hablar bajo inspiración del Espíritu Santo.

6 Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra.

7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.

8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón,

9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.

10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.

11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón;

12 porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.

13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?

14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?

15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.

16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.

Cuando estudiamos las Escrituras es vital tomar en cuenta la audiencia, la cultura y los tiempos en los que los mensajes fueron redactados. A medida que la cultura ha ido cambiando y en base a haber nacido en la era moderna, hay cosas que no entendemos, porque no nos tocó vivir en esas épocas, pero con un estudio histórico y ayuda del Espíritu Santo, podemos comprenderlas mejor.

Mientras que es cierto que la cultura cambia, hay valores esenciales que se mantienen a través del tiempo, y que no cambian en base a la cultura, ya que son los valores esenciales enseñados por nuestro Creador. Así mismo, mientras que por ejemplo al pueblo de Israel se le dieron una serie de ordenanzas específicas a ellos – que no se espera que se apliquen actualmente a la iglesia – en el Nuevo Testamento se tiene una mayor libertad (la cual fue lograda por Cristo para nosotros) pero se mantiene el mandato básico del amor hacia Dios, y hacia los demás como a nosotros mismos, en lo cual se resume toda la ley los profetas.

Pablo ordenó a las mujeres de la iglesia de Corinto que se cubrieran la cabeza. Sin embargo, la mayoría de las iglesias de hoy (incluso las más tradicionales) no requieren que las mujeres se cubran la cabeza. Pero no es la única costumbre que ya no se aplica en nuestros días. Es muy raro, por ejemplo, que los hombres sigan la enseñanza explícita de las Escrituras sobre el beso santo (primera de Corintios 16:20: Todos los hermanos os saludan. Saludaos los unos a los otros con beso santo). Las instrucciones para saludar a otros creyentes con un beso santo aparecen en Rom 16:16, 1 Cor. 16:20, 2 Cor. 13:12 y 1 Tes. 5:26. No sabemos mucho acerca de cómo fue el beso santo, aparte del hecho de que fue un saludo amistoso, obviamente no romántico. Tal vez fue como el beso en la mejilla que los franceses usan para saludarse hoy.

Independientemente de la naturaleza exacta del beso santo, Pablo no exige que nos besemos cada vez que nos saludamos, como si fuese un mandato para las iglesias de todos los tiempos. Parecería que el principio bíblico es que los creyentes deben saludarse cordialmente, con gusto, con cariño: tratarse como hermanos. En la cultura griega de los tiempos del Nuevo Testamento, ese saludo aparentemente fue acompañado con un beso. En Estados Unidos y Gran Bretaña hoy en día, se acompaña de un apretón de manos. Y otras culturas se usan saludos de otras maneras. Por lo tanto, no debemos sentirnos obligados a besar a otros creyentes, independientemente de la cultura. En algunos lugares hoy en día besarse sería inapropiado. En otros lugares, un beso modesto en la mejilla es normal. Por lo tanto, los cristianos de hoy deben mantener el principio bíblico detrás del beso santo (saludar a otros creyentes con gusto) incluso si en realidad no se besan.

Debemos admitir que todos debemos leer la Biblia con el entendimiento de que la cultura del Nuevo Testamento es diferente de la nuestra, y que debemos hacer nuestra tarea al estudiar el contexto histórico.

Volviendo al tema, no importa lo que la gente piense sobre la necesidad de cubrirse la cabeza a las mujeres hoy en día, todos los intérpretes bíblicos están de acuerdo en que cubrirse la cabeza era un símbolo de otra cosa, y que Pablo estaba orientando su discurso en lo que ese símbolo significaba. El acto de cubrirse la cabeza en las mujeres en el primer siglo era un símbolo de una mujer sometida a su esposo (o tal vez a los ancianos de la iglesia), de ser una mujer en lugar de un hombre, de ser una mujer casada en lugar de una mujer soltera, o de tener autoridad para orar y profetizar públicamente en la iglesia. Pueden existir otras explicaciones del simbolismo, pero todos están de acuerdo en que la preocupación de Pablo no era proteger a las mujeres de resfriarse o quemarse la cabeza. Por el contrario, estaba preocupado por lo que simboliza llevar la cabeza descubierta en Corinto.

Cualquier cosa que pensemos que cubrirse la cabeza simbolizaba en el Corinto del primer siglo, no simboliza lo mismo hoy. Y eso significa que, si la preocupación de Pablo se refería a lo que simbolizaba una cubierta para la cabeza, entonces no querría que las mujeres se cubrieran la cabeza en una situación en la que tal cubierta de la cabeza no tuviera el mismo significado simbólico. Por lo tanto, si no podemos estar seguros de lo que las cubiertas de la cabeza simbolizaban para las mujeres en el primer siglo (ya que los intérpretes difieren en esto) el hecho mismo de que no simboliza nada para las personas hoy, incluso para los cristianos, es un fuerte argumento de que Pablo no hubiera querido que lo siguiéramos solamente como una especie de símbolo sin sentido.

La mayoría de las personas de hoy en día pueden pensar al ver a una mujer cubriéndose la cabeza en la iglesia que es que es un poco anticuada. Pero ese no era el significado simbólico que las personas atribuían a las mujeres que se cubrían en el primer siglo.

Los traductores de la versión estándar inglesa entendieron la cobertura de la cabeza de una mujer en el primer siglo como indicativo de que estaba casada. Por lo tanto, en cada verso en el que se menciona cubrirse la cabeza, la versión ESV traduce “gune” como “esposa”. Pero en otros versos traducen “gune” como “mujer”, porque esos versos tienen declaraciones más generales sobre la feminidad que Pablo estaba usando para discutir esta aplicación específica.

La evidencia de que cubrirse la cabeza para una mujer indicaba que estaba casada se encuentra tanto en fuentes literarias como en descubrimientos arqueológicos de obras de arte que retratan las escenas de bodas. La tradición de la novia cubierta por un velo todavía sigue hasta la fecha en las bodas, así como la tradición del vestido blanco, símbolo de pureza y virginidad. El novio descubre el velo de la novia al tomarla como esposa, ahora él se convierte en su “cubierta”, en su proveedor, en su protector, en la autoridad en base a lo que la Biblia especifica es el orden espiritual de una familia: Dios – Cristo – Esposo – Esposa – Hijos.

Este orden natural realmente tiene sentido común. A diferencia del movimiento feminista que se rebela ante tal estructura, no vemos que los hijos estén marchando por las calles quejándose de estar bajo la autoridad de sus papás… es de sentido común que los hijos estén sometidos a la autoridad de sus padres, simplemente porque sus padres saben más sobre la vida que sus hijos. Tampoco vimos a Cristo enojarse y rebelarse por estar sometido al Padre Celestial, sino lo vimos en total obediencia pese al temor humano de ser torturado y crucificado. Se tiene un concepto errado de lo que significa someterse, la gente lo entiende como permitir abuso, como dejarse maltratar, no tener voz ni voto. Esto no es el sometimiento que la Biblia indica, y estamos seguros de que, si los varones se sometieran plenamente a Cristo, ninguna mujer tendría problema de someterse a su marido, porque ella sabría que no habría abuso ni maltrato alguno. Estando en este mundo caído, es de esperarse que el marido que no está sometido a Cristo termine abusando de su esposa y de sus hijos.

Antes que alguna chica brinque y nos tache de machistas, es importante hacer notar que en ningún lado de las Escrituras dice que el varón puede imponerse, abusar, maltratar, denigrar y negar el consejo de su esposa, tal como cuando los padres tienen autoridad sobre los hijos no quiere decir que por eso puedan maltratar, humillar y abusar de ellos. El varón es responsable de amar a su esposa como Cristo amó a su iglesia, que hasta dio su vida por ella… ¿cuántos varones realmente hacen esto?  Es normal que, en vista de los maltratos, feminicidios, abusos, las mujeres se manifiesten de lo que es un resultado de vivir en una sociedad caída donde el hombre hace todo menos amar como Cristo amó. Sin embargo, esto lleva a una guerra de géneros y a los desvaríos que vemos actualmente en los extremos del movimiento feminista.  

Volviendo al tema del velo y cubrir la cabeza, el autor Bruce Winter escribe:

“La sola mención de la palabra “velo” por parte de Pablo indicaría automáticamente a los corintios que las mujeres en discusión en este pasaje estaban casadas … La ceremonia de matrimonio implicó lo que en griego se llamaba “velar a la novia” (diez numphen katakalupsantes). Tanto Tácito como Juvenal describen la toma del “velo de una novia” como uno de los componentes esenciales del matrimonio. Fue el indicador social por el cual el estado civil de una mujer se hizo evidente para todos.

En la sociedad moderna, una mujer que se compromete recibe un anillo de compromiso hecho de materiales preciosos como oro y diamantes, los cuales son valorados por su durabilidad y que los hace ideales para representar un compromiso a largo plazo. Cuando se casan, la pareja intercambia anillos de bodas para dar evidencia pública de que están casados. Quitarse el anillo de bodas para parecer soltero es una forma de deshonrar el compromiso matrimonial. Del mismo modo, a Pablo le preocupaba que las mujeres en Corinto se quitaran los velos y deshonraran a sus esposos al no actuar como mujeres casadas en los servicios de la iglesia.

Ten en cuenta que no estamos diciendo que “ya no tenemos que obedecer a 1 Corintios 11.” Estamos diciendo, más bien, que la forma externa en la que obedecemos el pasaje puede variar de una cultura a otra. Esto es similar a la forma en que “no codiciarás el siervo de tu vecino” (Éxodo 20:17) se aplica hoy a no codiciar por ejemplo el automóvil de nuestro vecino.

Algunas personas en el movimiento igualitario dentro del cristianismo buscan culturizar y eliminar todo lo que sienten que no promueve la igualdad femenina en el culto (el ordenamiento de pastoras, o negar la autoridad masculina sobre la mujer). Reclaman que, si las mujeres ya no tienen que usar cubiertas para la cabeza, entonces tampoco deben someterse a sus esposos, y que pueden tomar puestos de liderazgo en la iglesia. Estas personas usan el argumento de que todas esas tradiciones que Pablo indica estaban condicionadas a la cultura de sus tiempos.

Cuando los laicos leen que Pablo requirió cubrirse la cabeza, y cuando se dan cuenta de que pocas iglesias requieren cubrirse la cabeza para las mujeres hoy en día, les parece fácil razonar a partir de (1) no exigimos que las mujeres se cubran la cabeza como lo hicieron en el mundo antiguo a (2) no necesitamos excluir a las mujeres de la enseñanza de la Biblia a la iglesia, como lo hicieron en el mundo antiguo.

Nuestro enfoque aquí es muy diferente de cualquier argumento igualitario que diga: “No tenemos que obedecer el pasaje sobre las cubiertas para la cabeza, y tampoco tenemos que obedecer el pasaje del beso santo, por lo que probablemente tampoco tengamos que obedecer los pasajes sobre la jefatura masculina en el matrimonio”. Esa forma de argumento es particularmente peligrosa, porque acumula más y más secciones de la Escritura que “ya no tenemos que obedecer hoy”. Pero nuestra sumisión a la autoridad de Dios mientras habla en su Palabra significa que debemos obedecer todos estos pasajes, aunque la forma específica que adopta la obediencia variará de una cultura a otra, porque lo que a Dios le preocupaba en cada caso no era la forma externa, sino el significado transmitido por esa forma.

La situación es muy diferente con la jefatura masculina en el matrimonio y la iglesia. Estos no son solo símbolos externos que pueden variar de una cultura a otra, sino que son la realidad misma y son afirmados por otros pasajes e incluso en el orden de la creación.

Es bastante fácil entender que un objeto físico puede ser un símbolo de otra cosa, como un anillo de bodas o una cubierta de la cabeza como símbolo de estar casado. Símbolos físicos similares son el sombrero o insignia de un policía como símbolo de su autoridad, o una corona como símbolo de la realeza, o el sombrero de un cocinero como símbolo de ser el chef, o las estrellas como símbolo de sostener el rango de general en el ejército. Estos símbolos podrían cambiar de cultura en cultura, pero el estado subyacente que representan sería el mismo.

Pero “esposas, sométanse a sus maridos” y “maridos, amen a sus esposas” (Efesios 5:22, 25) no son simples símbolos de una realidad más profunda. ¡Son la realidad misma! Estos comandos no son prendas físicas o acciones momentáneas como un beso santo, sino que son actitudes fundamentales y continuas que deberían caracterizar la relación matrimonial a cada hora de cada día, a lo largo de la vida matrimonial. Del mismo modo, el liderazgo de la iglesia por parte de los ancianos varones (1 Timoteo 2:12; 3: 2) no es un símbolo temporal de una realidad más profunda, sino que es la realidad misma. Caracteriza el patrón de liderazgo continuo de las congregaciones cristianas a lo largo de todos sus días.

El cubrirse la cabeza de una mujer en 1 Corintios 11:10 no es un símbolo de su autoridad para profetizar, sino un símbolo de la autoridad de su esposo sobre ella. Es mejor concluir, entonces, que Pablo considera el velo de una mujer en su cabeza como un símbolo de la autoridad de su esposo, y el hecho de que se coloque sobre ella (sobre su cabeza) es una indicación bastante transparente de que ella está bajo su autoridad.

¿Porqué cubrirse “debido a los ángeles”?

¿Qué debemos entender con la frase desconcertante: “debido a los ángeles” al final del versículo 10?

En 1 Corintios 11:10 , Pablo dice: “Por lo tanto, la mujer debe tener un símbolo de autoridad en su cabeza, debido a los ángeles”. Muchos intérpretes admiten que Pablo no proporciona mucha explicación sobre el papel de los ángeles en este contexto. 

Algunas interpretaciones populares de este pasaje son:

  • un llamado a no ofender a los ángeles por desobediencia a las instrucciones de Pablo
  • una orden para mostrar con precisión a los ángeles una imagen del orden creado (Efesios 3:10 , 1 Pedro 1:12) 
  • una advertencia para que obedezcamos como un medio de rendición de cuentas, ya que los ángeles están mirándonos (1 Timoteo 5:21)
  • ser como los ángeles, que se cubren en la presencia de Dios (Isaías 6: 2)
  • no ser como los ángeles caídos que no se quedaron en el rol y el lugar que Dios creó para ellos (Judas 1: 6)

Malentender este tipo de pasajes desata la imaginación de las personas y las lleva de regreso a las fábulas. Tal como una mala interpretación de Génesis 6 lleva a los autores a forrarse de dinero vendiendo historias de ángeles caídos procreando nefilims con las mujeres humanas, una mala interpretación de este pasaje puede dar cabida a muchas falsas doctrinas, como lo hemos expuesto en éste artículo. Algunas personas han llegado a decir que la mujer debe cubrirse porque los ángeles desean sexualmente a las mujeres y por tanto es mejor que no muestren sus encantos. Esto es ampliamente refutable, porque un ángel puede colarse en el baño cuando una mujer se está bañando y verla de cualquier modo… En ninguna parte de las Escrituras vemos a un ángel deseando sexualmente a una mujer… tal vez lo hayamos visto en la película del ángel enamorado de Meg Ryan, pero fuera de allí…. pues no, en las Escrituras no encontramos ángeles lujuriosos, y ya hemos comentado que los hijos de Dios de Génesis 6 eran humanos lujuriosos, no ángeles 😉 

En la tradición judía, y también en la Iglesia primitiva, se dice que los ángeles están presentes en reuniones sagradas y en tiempos sagrados, para vigilar y unirse a los santos en sus ejercicios espirituales. Cualquier ofensa grave contra la propiedad durante estos momentos sagrados provocará la desaprobación de estos ayudantes angelicales de los santos, tal vez causando su partida de tal congregación; y cualquier buena acción de la que sean testigos les traerá más ayuda de su parte hacia los santos (ya hemos explicado que los santos son los creyentes nacidos de nuevo en Cristo, es decir, todos nosotros que seguimos a Cristo y le hemos entregado nuestras vidas).

De acuerdo con los expertos bíblicos e historiadores, la mejor interpretación es que los ángeles están presentes en los servicios de las congregaciones y deseen ver que se mantenga el orden de la creación. Un documento fue presentado en la reunión anual de la Sociedad Evangélica Teológica, fechado del 16 de noviembre de 2001 con el título: “La relevancia permanente de 1 Corintios 11: 2-16 a la luz de la investigación reciente sobre sus antecedentes históricos y culturales”. Su autor menciona que la incertidumbre sobre este punto no afecta la importancia del pasaje para hoy, dado que la carga principal del texto es bastante clara, y agrega que otros pasajes en el Nuevo Testamento mencionan que los ángeles observan la actividad humana, y esto se ve como un motivo positivo para obedecer los mandamientos de Dios (1 Timoteo 5:21; 1 Pedro 1:12). Incluso los ángeles se cubren ante la presencia de Dios, por tanto, el hecho de la cubierta efectivamente tiene una connotación de autoridad, como lo hemos venido mencionando en este artículo.

La misma función de los ángeles, al llevar las oraciones de los santos ante Dios, se indica en Apocalipsis, donde narra sobre los siete ángeles que estaban delante de Dios, y se les dieron siete trompetas. Y otro ángel vino y se paró en el altar con un incensario de oro, y le dieron mucho incienso para ofrecer con las oraciones de todos los santos en el altar de oro ante el trono, y el humo del incienso, con las oraciones de los santos, se levantó ante Dios de la mano del ángel.

Pablo quiere decir que, si algunas mujeres corintias rebeldes desprecian el “código de vestimenta” de la Iglesia en las reuniones de oración, esto tiende a violar el espíritu sagrado de la reunión, especialmente si son demasiado audaces para tomar liderazgo en las reuniones, ofrecer oraciones en nombre de los hombres, etc. ¡Seguramente los ángeles fruncirán el ceño!

Habría que pensar si los ángeles verdaderos, leales al Creador están en reuniones de pastoras donde no solo ellas tienen el liderazgo, sino que se visten con faldas muy ceñidas, escotes pronunciados y bastante maquillaje. Seguramente están rodeadas de ángeles, pero de los caídos.

Tenemos que suponer que entre los corintios la expresión “a causa de los ángeles” se habría entendido como la presencia de los ángeles leales a Dios en las congregaciones de los santos.

Mujeres que se cubren y mujeres que no se cubren

Mientras que en países musulmanes la cobertura de la mujer se exagera y extiende ya no solo en la cabeza, sino a todo el cuerpo con túnicas que solo dejan una malla para poder ver y no tropezarse, este no es el caso del tipo de cubierta que se comenta en la Biblia.

Algunas mujeres basadas en la enseñanza católica romana, anglicana, luterana, calvinista y metodista, se cubren la cabeza en la adoración pública (aunque algunas mujeres que pertenecen a estas tradiciones también pueden optar por cubrirse la cabeza fuera de la iglesia), mientras que otros, especialmente los cristianos anabaptistas, creen que las mujeres deben cubrirse la cabeza todo el tiempo. Las mujeres anglicanas solían llevar el pelo cubierto en casa y afuera; las que no se cubrían eran consideradas prostitutas o adúlteras. La práctica de cubrirse la cabeza para “orar y profetizar” se inspiró en una interpretación tradicional de 1 Corintios 11: 2–6 en el Nuevo Testamento. La práctica de la cobertura del cabello tiene también que ver con el tema de la modestia en la mujer, sin embargo, Pablo declaró que a una mujer le es dado el cabello largo como cubierta, y que un hombre con el cabello largo no es lo correcto. Esto también puede tener que ver con la clara diferenciación de los géneros entre hombre y mujer, los cuales en nuestra sociedad actual hemos visto diluirse demasiado, con hombres de pelo largo y maquillaje, o con faldas, y las mujeres con pelo corto, vestidas como varón.  En la naturaleza no hemos visto al león macho raparse la melena y a la hembra ponerse peluca de melena… existen claras diferencias entre macho y hembra, que tienen su razón de ser.

Aunque la mayoría de las mujeres cristianas practicaban el cubrirse la cabeza y el cabello hasta la última parte del siglo XX, ahora es una práctica minoritaria entre los cristianos contemporáneos en Occidente, aunque sigue siendo la práctica normal en otras partes del mundo. el mundo, como Rusia, Ucrania, Etiopía, India, Pakistán y Corea del Sur.

Aunque seguramente muchos anticristianos nos intentarán atacar diciendo que esto de la cobertura de la cabeza de las mujeres es un abuso para someterlas, sin embargo, en Europa, por ejemplo, la ley estipulaba que las mujeres casadas que se descubrían el pelo en público daban evidencia de su infidelidad. Esto es parte de la cultura universal y tiene sus razones de existir, y existía incluso fuera del cristianismo.

Pablo introduce el tema alabando a los cristianos corintios por recordar las “enseñanzas” (también traducidas como “tradiciones” u “ordenanzas”) que les había transmitido. Luego, Pablo explica el uso cristiano de cubrirse la cabeza usando los temas de liderazgo, los ángeles, el largo del cabello y las prácticas de las iglesias. Lo que dijo específicamente sobre cada uno de estos temas ha llevado a diferencias en la interpretación (y práctica) entre los comentaristas bíblicos y las congregaciones cristianas.

Debido a varios problemas de interpretación (como los mencionados anteriormente), los comentaristas bíblicos y las congregaciones cristianas tienen una diversidad de conclusiones y prácticas con respecto a la cobertura de la cabeza. Un área principal de debate es si el llamado de Pablo para que los hombres se descubrieran la cabeza y las mujeres para cubrirse la cabeza debería ser seguido por los cristianos fuera de la iglesia corintia del primer siglo. Algunas iglesias ven la cobertura de la cabeza como una práctica que Pablo pretendía para todos los cristianos, en todos los lugares, durante todos los períodos de tiempo y, por lo tanto, continúan la práctica dentro de sus congregaciones. Basan su interpretación en el orden de liderazgo ordenado por Dios.

Otra interpretación es que los mandatos de Pablo con respecto a cubrirse la cabeza eran un mandato cultural que era solo para la iglesia corintia del primer siglo. A menudo, los intérpretes afirman que Pablo simplemente estaba tratando de crear una distinción entre las prostitutas corintias descubiertas y mujeres cristianas corintias. Según esa interpretación, la iglesia no está obligada a practicar la cobertura de la cabeza.

Algunos cristianos creen que Pablo declaró que el pelo largo es la cubierta natural cuando se trata de modestia (1 Corintios 11: 14-15).

Sin embargo, parece que algunas mujeres en la iglesia de Corinto no se cubrían la cabeza mientras oraban o profetizaban. Sabemos por la historia secular que varios movimientos de liberación femenina y feminismo aparecieron en el imperio romano durante los tiempos del Nuevo Testamento. Las mujeres a menudo se quitaban los velos u otras cubiertas para la cabeza y se cortaban el cabello para parecerse a los hombres. Al igual que en nuestros días, algunas mujeres exigían ser tratadas exactamente como los hombres, y atacaron el matrimonio y la crianza de los hijos como restricciones injustas de sus derechos. Afirmaron su independencia dejando a sus esposos y hogares, negándose a cuidar a sus hijos, viviendo con otros hombres, exigiendo trabajos tradicionalmente ocupados por hombres, vistiendo ropa y peinados para hombres, y descartando todos los signos de feminidad. Es probable que algunos de los creyentes en Corinto estuvieran influenciados por esos movimientos.

Más que el símbolo externo, es la rebelión contra los roles ordenados por Dios lo que está mal, y en Corinto esa rebelión fue demostrada por mujeres orando y profetizando con la cabeza descubierta.

Y actualmente… ¿entonces qué aplica?

En nuestros tiempos actuales sabemos que muchas de estas prácticas se fueron diluyendo, al grado que, si a una mujer le dices que no debe traer el pelo corto como hombre, se reirá en tu cara pensando que te quedaste en la edad media, o si le dices a un hombre que no lleve el pelo largo, te dirá que eres muy anticuado/a.  Tal vez en unos 100 años pasará lo mismo, cuando se normalice el uso de maquillaje en los hombres, y se normalice la agenda de ideología de género, esto va a ser una confusión total, porque cuando conozcas a alguien, es posible que ya no sepas si nació mujer o varón, o si luego se operó, etc.

La vestimenta es en gran parte cultural y, a menos que sea inmodesta o sexualmente sugerente, no tiene un significado moral o espiritual. A lo largo de los tiempos bíblicos, como en muchas partes del mundo de hoy, tanto hombres como mujeres usaban algún tipo de túnica. Pero siempre hubo algunas distinciones claras de la vestimenta entre hombres y mujeres, indicadas con mayor frecuencia por la longitud del cabello y la cobertura de la cabeza.

Es el principio de la subordinación de las mujeres a los hombres, no la marca o símbolo particular de esa subordinación, lo que Pablo está enseñando en este pasaje. El apóstol no está estableciendo un principio universal de que las mujeres cristianas siempre deben estar con la cabeza cubierta.

El Nuevo Testamento no tiene restricciones sobre el testimonio de una mujer en público a otros, incluso a un hombre. Tampoco prohíbe que las mujeres asuman roles de no liderazgo al orar con creyentes o por no creyentes; y no hay restricción para enseñar a niños y otras mujeres (Tito 2: 3–4 ;1 Tim. 5:16). Las mujeres pueden tener el don de profecía, como las cuatro hijas de Felipe (Hechos 21: 9), pero normalmente no deben profetizar en las reuniones de la iglesia donde los hombres están presentes.

En otras palabras, solo es necesario combinar los pasajes relevantes para obtener la verdad compuesta. Las mujeres pueden orar y profetizar dentro de los límites de la revelación de Dios, y con un sentido adecuado de sumisión. Y es crítico que su comportamiento al hacerlo refleje el orden de Dios. Ciertamente no deben parecer rebeldes contra la voluntad de Dios.

El punto de Pablo en los versículos 4 y 5 es que, cuando y donde sea apropiado para hombres y mujeres orar o profetizar, deben hacerlo con la distinción adecuada entre hombre y mujer. Todo hombre debe hablar por el Señor claramente como hombre, y cada mujer debe hablar por el Señor claramente como mujer. Dios no quiere que la distinción sea borrosa.

El Talmud indica que un judío consideraba a una mujer con la cabeza rapada extremadamente fea, y Crisóstomo registra que a las mujeres culpables de adulterio les cortaban el pelo y fueron marcadas como prostitutas. Aristófanes incluso enseñó que a la madre de niños fuera del matrimonio se le debía cortar el pelo. Por lo tanto, Pablo dice: “Si no estás dispuesta a parecer una prostituta o una feminista rebelde cortándote el pelo, tampoco reces ni profetices con la cabeza descubierta”.

La escena en la película “Con V de venganza” donde rapan a la protagonista femenina, y luego ella experimenta un proceso de catarsis y de rebelión, tiene mucho trasfondo precisamente en el mensaje oculto que invita a la mujer a supuestamente “liberarse”.

Puede ser que Pablo tuviera información de que ciertas mujeres en Corinto estaban cayendo en nociones extravagantes de la libertad cristiana (el problema habitual en Corinto – “todas las cosas me son lícitas”) y se habían descubierto la cabeza en algún tipo de demostración de igualdad sexual. Estos versículos nos dan razón para pensar que las tendencias igualitarias habían creado problemas en Corinto. Si este fuera el caso, entonces las palabras de Pablo aquí van directamente a la raíz del problema.  

Ahora podemos ver a las feminazis, ya no solo rapadas, sino procurando evitar la feminidad, lo cual se podría contraponer con su odio por el sexo masculino…

La subordinación de la mujer al esposo no se elimina en Cristo, ni tampoco la subordinación del marido a Cristo. Cristo mismo está funcionalmente subordinado a Dios el Padre, y no “buscó la igualdad” con Dios. Ya sabemos quién fue el que quiso buscar tal igualdad, y cómo le fue.   Aunque Cristo es el “resplandor de la gloria de Dios y la huella exacta de su naturaleza, y sostiene el universo con la palabra de su poder” (Hebreos 1: 3) también llena voluntariamente su lugar en el orden divino.

Es necesario enfatizar que en las culturas antiguas el valor simbólico de la ropa se tomaba muy en serio, y que los velos y coberturas de cabeza tenían simbolismo y significado. En el testimonio de Arella, ella nos narró que cuando quedó iniciada en el sacerdocio gnóstico y pagano de María Magdalena, la cubrieron con un velo rojo. En uno de los videos de Hillsong se presentan unas novias con velos blancos, una de ellas luego de ser “iluminada” cambia su velo a rojo. Por tanto, el velo o la cobertura de cabeza, así como la vestimenta conllevaron un significado más profundo a nivel espiritual.

Esto era cierto no solo para las culturas y cultos paganos, sino también para el judaísmo y el cristianismo. Jesús y los apóstoles podían dar por sentado que sus discípulos apreciaban el significado de la vestimenta. En la versión de Mateo de la parábola del banquete de bodas, hay una confrontación dramática sobre la vestimenta adecuada cuando el rey le pregunta a cierto hombre: “Amigo, ¿cómo llegaste aquí sin una prenda de boda?” (Mateo 22:12). Es probable que te parezca extraño que se otorgue tanta importancia a la ropa, pero los oyentes originales de esta parábola no se sentirían inclinados a simpatizar con el hombre mal vestido. Pensarían, más bien, que el hombre que no se vestía adecuadamente mostraba desprecio por el rey y su hijo, y obviamente no pertenecía allí. De hecho, imagina que en tu boda se aparece tu mejor amigo en traje de baño, en ropa interior o en pijama… ¿qué pensarías de él por hacer eso en tu boda, en un día tan importante para ti?  

El gnosticismo y la androginia: ¿no hay géneros?

Debemos notar que Pablo rechaza la idea de que Dios ha ordenado una espiritualidad “unisex” para los cristianos. Dios, quien nos creó hombre y mujer, ha ordenado una espiritualidad masculina y una espiritualidad femenina. La influencia del Espíritu Santo no nos lleva a la androginia, sino a una masculinidad santificada para los hombres y una feminidad santificada para las mujeres. Esto es contrario a ciertas ideas paganas que se estaban volviendo populares en lugares como Corinto en la antigüedad. Bajo las ideologías gnósticas que surgieron del platonismo medio en el primer siglo, el alma humana era esencialmente una chispa cósmica proveniente de la mente de Dios, y el alma humana ideal y glorificada, liberada de los accidentes de la carne, era andrógina o sin sexo… tal como las enseñanzas del enemigo intentan llevar a la sociedad. Los gnósticos del primer siglo, como los promotores de la “luz interior” y los trascendentalitas del siglo XIX, sostuvieron que “el alma no tiene género”. Pero Pablo no comparte esa opinión.

En el esquema de las cosas de Dios, realmente no hay tal cosa como una mujer o un hombre independientes uno del otro, o de Dios, para el caso. Nada es verdaderamente independiente en este mundo. Por lo tanto, es aceptable ante el Creador que una mujer se presente totalmente contenta con su feminidad, y un hombre con su masculinidad, y no como individuos genéricos y sin sexo. Ninguno de los dos géneros puede ganar si finge que puede ser independiente del otro. La androginia convertiría al hombre y a la mujer en individuos independientes, gemelos de la misma naturaleza y función, sin necesidad uno del otro, sin una relación o vínculo complementario. Y debe notarse especialmente que el concepto gnóstico de regeneración andrógina es destruido por las palabras “ἐν κυρίῳ”: “en el Señor”. Pablo está hablando de la nueva vida del hombre y la mujer en Cristo.

En la apelación a la “naturaleza” (φύσις) Pablo hace contacto con otra filosofía de la antigüedad, conocida como el estoicismo. Los estoicos creían que los hombres inteligentes podían discernir qué es lo mejor en la vida al examinar las leyes de la naturaleza, sin depender de las costumbres cambiantes y las diversas leyes hechas por los gobernantes humanos. Si consultamos a la naturaleza, encontramos que constantemente pone diferencias visibles entre el macho y la hembra de cada especie, y también nos da ciertas inclinaciones naturales al juzgar qué es apropiado para cada sexo. Así que Pablo usa una analogía, comparando la cobertura de la cabeza de la mujer con su cabello largo, que se cree que es lo más natural para una mujer. Aunque el cabello largo en los hombres es posible, y en algunas culturas ha sido habitual que los hombres tengan cabello largo, se lo considera afeminado. El cabello largo requiere mantenimiento y tiempo, interfiere con el trabajo físico vigoroso y es probable que un hombre con cabello largo fuese capturado por él en una pelea. Por lo tanto, no es viril por naturaleza. Pero el cabello largo de una mujer es su gloria. Aquí nuevamente está la palabra δόξα, que se usa enfrente de ἀτιμία” en el sentido de “algo que trae honor”. El cabello largo y bien cuidado elogia a una mujer porque contribuye a su belleza femenina. La cubierta de la cabeza, así como el cabello de una mujer, se pueden ver de la misma manera.

Conclusiones

Tal vez este tema te parezca exagerado, pasado de moda o irrelevante, sin embargo, es importante mencionarlo y que lo comprendas por las siguientes razones:

  • Para que puedas discernir, y que aquellos cultos judaizantes y de raíces hebreas no te engañen al respecto de tener que usar una cobertura para el cabello a fin de probar que sigues a Dios (para luego venderte unas pañoletas muy fashion y hacer lucro de ello)
  • Para que entiendas el rol de la creación, el cual no denigra a la mujer al ponerla bajo autoridad del marido, ni tampoco es un concepto machista. En la creación original, y como debería haber sido, el varón está bajo Cristo, y alguien que realmente está bajo Cristo no abusa, no maltrata, no ofende, sino que entrega su vida por su esposa y es sabio al dirigir su hogar. Si el hombre actual fuera así y estuviera en Cristo, una mujer cristiana no tendría problemas en su rol, tal como los buenos hijos no tienen problemas en someterse a sus padres… y todos estamos bajo Dios y bajo Cristo a final de cuentas. Todo tiene su razón de ser y es la rebelión ante las estructuras creadas por Dios lo que compromete la armonía de la creación.

Con esto no queremos decir que las mujeres se salgan de trabajar, que no se pongan jeans, o que se dejen el cabello hasta la cintura para demostrar virtud. Estamos en un mundo caído y dentro de aquello que se ha modificado de su concepto original, debemos de mantener los principios más que la forma. Dios pide al hombre tomar su lugar de proveedor, guía espiritual y protector de su familia, y actualmente encontramos varones que le huyen al compromiso, que no tienen ningún interés por seguir a Cristo y que usan a las mujeres sexualmente y corren de sus obligaciones financieras de sustento familiar. La mujer ha salido al mercado laboral para contribuir al sustento familiar, lo cual la ha forzado muchas veces a dejar a sus hijos en guarderías o al cuidado de otras personas.  Los movimientos actuales de “parto humanizado”, “colecho”, “crianza con apego” y “lactancia libre” son promovidos por quienes se han dado cuenta de la importancia de regresar a un esquema natural, el cual fue creado por nuestro Dios. Los bebés necesitan de su madre 24/7 al menos durante el primer año de vida, con todos los beneficios de la lactancia materna a demanda, el sentir a su madre cerca en todo momento, etc.  Está probado que muchos problemas psicológicos actuales tienen sus orígenes en sentimientos de abandono de los hijos en las etapas de la infancia temprana.

Por otra parte, nuestro Creador sabe en qué tiempos hemos nacido, sabe que hemos nacido en una estructura social postmoderna, y lo que a él le importa es que entendamos cómo él había organizado su creación y las razones prácticas por las cuales la organizó de ese modo.

Dios pide a los hombres mantener su rol como líderes del hogar y no feminizarse, y a las mujeres ser modestas, y creo que todas entendemos muy bien lo que esto quiere decir: no mostrar escotes ni ropa provocativa, mantenerse femenina, no abusar del maquillaje.  Esto es algo de sentido común, y sí que se puede mantener la modestia y aún así lucir hermosas. Hay una diferencia entre hermosura y sensualidad, y no hay mujer que pueda decir que no conoce la diferencia o que no sabe los objetivos que tiene en mente cuando elige su ropa en una tienda.

  • Finalmente, es importante que entiendas los contextos culturales e históricos para que puedas entender mejor la Biblia y saber aplicarla y defenderla en los tiempos actuales.

El verdadero asunto en este tema de las cubiertas para la cabeza de las mujeres no es el velo o cubierta en sí, sino la actitud de respeto de la mujer hacia su marido, más allá de ponerse una pañoleta en la cabeza. Un ejemplo sería el de una mujer que se casa de blanco porque es la costumbre que denota su virginidad, cuando en realidad su marido no fue el primero, y tal vez no será el último… o el marido que esconde su anillo de casado en el bolsillo ante una mujer que le atrae. Lo que importa es lo que hay detrás, más que la apariencia externa en sí.

Hay casos en algunos cultos judaizantes que, aunque la mujer usa su pañoleta en la cabeza, en realidad manipula y presiona a su esposo e incluso ella fue quien intentó meter al marido a algún culto o falsa doctrina. Podemos ver un ejemplo en el video que anexamos abajo, donde una hermana en Cristo narra su salida de un culto judaizante y de raíces hebreas, admite que ella estaba jalando a su marido al engaño, y con verdadero arrepentimiento llora y dirige sus sentidas disculpas a quienes la seguían en redes sociales, pidiendo perdón por la responsabilidad de alejar de la verdad a cualquier alma que la escuchaba a ella cuando estuvo engañada. Este nos parece un verdadero ejemplo de un sincero arrepentimiento, que no necesita de apariciones o cuestiones sobrenaturales, sino que proviene de un verdadero y sincero quebrantamiento.

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5 comentarios
  • Es todo un tema este y otros parecidos… Yo era una de esas personas totalmente insegura, todo era para temer, si pronunciaba el nombre de Jesús en vez del original, si guardaba el shabat, si comía jamón, etc., etc., todo en mí era manipulable porque yo estaba temerosa, me faltaba la seguridad que nos da el Espíritu Santo. Una vez que nos toca y convierte, nos sobreviene una seguridad interior en Su Amor, que es imposible explicar con palabras.
    En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor. 1 Juan 4:18

  • Para aquellos que estamos acostumbrados a “merecer” las cosas estos temas son importantes porque tenemos debilidad y tendencia al legalismo hace un tiempo ore a Dios pidiendo dirección en este asunto de cubrirse la cabeza y aquí tengo mi respuesta.
    Me gusto mucho la explicacion de porque hay cosas donde lo importante es obedecer el espíritu de lo que dice Pablo y otras que sencillamente no cambian por la cuptura o los tiempos. Que un hombre vista como hombre cambia segun la cultura, moda y epoca igual que la ropa femenina pero cosas como no fornicar o adulterar no hay forma de que cambien o lo haces o no lo haces.
    Por otro lado es curioso como hay cosas que son naturales…estamos en tiempos feministas pero las historias romanticas con hombres que protegen a la mujer siguen vendiendo en todo formato y las mujeres consumen esto…sera por algo? Que sencillamente es natural que deseemos eso sin importar que tan fuertes, y “patea traseros” seamos? Tener un hombre que nos cuide y porque se siente solo mal cuando no lo hacen? Igual la apariencia como fanática de la ficcion es curioso observar que no importa que tan este de moda que un personaje femenino sea andrógino luego de un tiempo la mayoria de los fans o televidentes comenzaran a desear ver a dicho personaje con apariencia mas femenina muchos incluso ven como signo de aceptación y seguridad.
    Esto es por algo, por algo las feministas y los movimientos modernos de genero les cuesta tanto erradicar estas sensaciones o percepciones.

      • Hola María,
        La idea de hacer distinción en el cabello entre hombres y mujeres es un poco como la vestimenta: nuestro Creador quiere evitar la confusión, como actualmente pasa que ya no sabes a veces si alguien es hombre o mujer. Pero tal como los pantalones, las mujeres ahora usan pantalones también. A nivel del corte de cabello, cada mujer puede decidir su estilo en base a sus necesidades y practicidad, mientras no lo esté haciendo como una forma de generar confusión o que ella misma no esté afirmada en su femineidad (es decir, una cosa es cortárselo porque es más práctico, porque te gusta más, etc y otra cortarlo porque no estás satisfecha con ser mujer).