Rosacruces… esa fue la palabra que resonó en cada rincón de mi cuerpo, que me erizó la piel y que causó un paro instantáneo en mi corazón, en ese momento supe que nada estuvo bien, que nada estaba bien, que por algún tiempo nada estaría bien.
Mi camino a la nueva era me fue construido como el de muchas personas de las que he leído sus testimonios; paganismo católico, baja autoestima, depresión, relaciones obsesivas-destructivas, abusos, un linaje envuelto en el espiritismo. Desconozco desde qué generación se ha vivido todo esto, porque los secretos no nos han permitido sincerarnos, solo sé que el precio que se cobraron esas entidades caídas con mi familia, nos ha costado enfermedades degenerativas, decesos muy tristes, violencia y adicciones por parte de varios de nosotros.
Sin darme cuenta, el talento de la composición que me descubrí a los 11 años se intensificó de los 12 a los 18 años para escribirle a lo nocivo y negativo, le dedique cuartillas completas en prosa al rencor, al odio, a la venganza y al dolor. Me convencí de vivir esas emociones, me enamoré y me atormenté con mis emociones. A la par, me inventé un circulo social exclusivo en donde cada persona que pertenecía, me pertenecía, me mostraba afecto, aceptación, incluso amor romántico incondicional, todos estaban a mis pies y yo me regocijaba entre la excelencia de la compañía de mentira, y todo me lo creía, tanto que me atrevía a platicarlo, para convencer a los demás que algunos más me querían… Amigos imaginarios.
Fue la época más difícil de mi vida, comencé a apagarme, a aislarme de todos y a olvidar mis sueños, porque dentro de mi había algo que me decía que no era ni un poco valiosa, que era incapaz de lograr algo, que mis talentos eran pocos, que no servían para mucho, ni para poco, ni para nada.
Y pasó tal vez lo que las entidades que ya me controlaban estaban esperando… Renegué de Dios, me victimicé, le reclamé todo lo que me estaba pasando, todo lo que me había pasado, llegué incluso a pensar que lo de su existencia eran solo patrañas para hacer del mundo un lugar más reprimido. Comencé pues una vida un tanto liberal, pero sin dejar de ser presa de mis emociones y de mis tormentos. Me incliné por la pornografía y comencé a explotar mi sensualidad, aunque siempre me dio miedo experimentar la sexualidad. Debido a esto me vino una racha de popularidad que llenaba ese vacío en mí, me hice muchísimos “amores y amigos” en redes sociales y en cuanto lugar visitaba, pero no quería a nadie y a quien yo quería me ignoraba y yo me aferraba, me obsesionaba, me lastimaba y no me importaba. Luego de mi breve y conveniente ateísmo, “abrí” los ojos, me encontré hastiada de todo, vi lo que me lastimaba, lo que me provoqué y decidí dejarlo todo de un lado.
En ese punto crítico de mi vida, en donde no sabía a dónde dirigirme y me sentía insegura de mis capacidades, conocí a esa persona que juré era mi ángel en la tierra, Luz. La conocí un domingo en casa de mi abuela paterna y al sentir su mirada pude experimentar a eso que se le llama pudor, me sentí desnuda del alma y del corazón, y mi postura corporal y mi expresión facial se lo hicieron saber. Se acercó, me tomó de la mano y se presentó. Nos sentamos en un sillón y comenzó a decirme todo lo que veía en mí, no me dijo ni una sola mentira, y con sus verdades, que mas bien eran mías, me hizo llorar, recordé el porqué mi vida había sido tan ruin y miserable, y me sentí con ganas de explotar y de gritar y de salir corriendo, porque estaba sintiendo la liberación, “mi liberación”. No hubo en ese momento necesidad de rituales ni nada más, ella me había comenzado a sanar, con sus dones me hizo sentir esperanza y me motivó a cambiar el color de mi aura que en ese momento era opaca y gris, mi evolución estaba enfocada a convertirme en un ser de luz , de paz y de amor.
En nuestros siguientes encuentros ella no hacía más que sugerirme oraciones y rituales para seguir sanando; platicábamos por mucho tiempo, incluso hasta la madrugada y así yo sentí que día con día crecía una “dependencia sana” a sus consejos y a su guía, ella era mi refugio, mi verdad y mi todo.
Poco tiempo pasó para fascinarme por la angelología, Luz me influenció demasiado para que eso sucediera. Me enamoré por completo del arcángel Chamuel, que era con quien yo trabajaba en mis rituales de “magia blanca” para elevar mi autoestima y comenzar a construir mi amor propio.
Comencé a comprar cuantas publicaciones de ángeles me encontraba.
Mi familia atravesaba por una crisis económica muy fuerte y yo dependía de lo que mis padres podían ofrecerme, aunque de verdad que me las ingeniaba para poder seguir comprando libros a pesar de los gastos que implicaba la universidad. Uno de los pasatiempos favoritos de los que me hice adicta fue el de buscar libros digitales gratuitos en la red, no encontraba excusa alguna para dejar de alimentar mi espiritualidad, eran unas ganas inmensas de seguir aprendiendo y descubrir lo maravilloso que la vida me estaba preparando. Así encontré libros sobre el aura, los ángeles, el zodiaco y enseñanzas budistas e hindúes… todos eran fascinantes.
Fue una lucha intensa la que vivía en mi interior, ya que comencé a confundirme, sentí que me estaba enamorando de Luz, y ella se daba cuenta, cada vez que me veía me aclaraba que veía en mi futuro una familia feliz, formada por un HOMBRE y una mujer. Creo que era una manera sutil de decirme que no estaba interesada en mi y que yo en cambio estaba interesada en ella de mas. En esa misma visión ella me advirtió además de la energía sexual que yo por ser del signo libra tenía y resultaba bastante atractiva para los hombres. Poco después de esa anunciación, comenzó una época de mucho acoso a mi persona de hombres mayores que yo y en especial del sobrino de Luz, Otto, quien tenía una mirada muy intimidante y a quien yo le veía sombras y seres perversos a su alrededor.
Luz me presentó con su sobrino Otto tiempo después de que se dio cuenta de mi enamoramiento, al comienzo me resultó muy reservado pero luego le fui descubriendo un gran don de conversación y una inteligencia sorprendente, así como mucho dominio por temas de tipo cósmico y del universo, él era muy apasionado también del tema espiritual pero a partir de dioses antiguos, maestros ascendidos y extraterrestres. Nos volvimos muy amigos, frecuentemente asistíamos a mi café favorito en donde platicábamos de nuestras experiencias divinas y yo me dejaba instruir por él. Poco a poco empecé a desplazar a luz y olvide esa tontería de una vida juntas a futuro, ahora mi amigo a quien además consideraba mi maestro, me demandaba el tiempo que ella me fue negando.
Se llegó el día de mi cumpleaños número 20 y el regalo que más esperaba era el de Otto; no me falló, supero mis expectativas al obsequiarme el “ejército de las virtudes”, es decir, 7 estatuillas que representaban a los arcángeles principales junto con el libro del árcangel Miguel de la escritora y canalizadora Doreen Virtue. A partir de ahí vinieron las cosas más inexplicables que viví.
La canalizadora estadounidense se hizo más presente en mi día a día; Otto me prestó un libro de ella que se llama ángeles y maestros ascendidos, en donde habla de las fascinantes orígenes e historias de cada uno de ellos y la ayuda que pueden ofrecerte aunque a decir verdad yo no hice demasiado caso a los maestros ascendidos, me enfoque por completo a aprender más sobre ángeles y ahí conocí a Metatrón y Asthar, dos de mis favoritos, a quien acudía con frecuencia, incluso, desplacé a los demás por apoyarme enteramente en ellos. Creo que en ese momento comencé a desarrollar cierto elitismo, pues había ángeles que me parecían inferiores.
En una ocasión Otto y yo platicábamos en su auto sobre la duda que yo tenía al no saber qué ángel me había sido asignado, y le manifesté que sentía un anhelo profundo de que me mandarán una señal clara, sorprendentemente poco después apareció frente a nosotros un rayo color verde esmeralda y me quedé muda. Ya había leído con anterioridad que ese color correspondía al rayo del ángel Rafael, entonces tarde poco en recordarlo y reaccionar, pero me desilusioné, Rafael no me parecía sumamente majestuoso como para enorgullecerme de que me protegiera. Ambicionaba un protector como Miguel o Metatrón. Así que renuncié a él e intente volverme la favorita de Miguel, Metatrón y Ashtar, pedía su protección y acudía a ellos en cualquier momento, incluso con peticiones muy pequeñas y tal vez un tanto absurdas.
Mi clarividencia estaba floreciendo, tanto que me permitió ver en Otto a un ser acosador, obsesivo y casi podría decir que poseído, esto sucedió meses después de que me aseguró que teníamos dos hijos cósmicos y de que yo tuve sueños recurrentes con escenas futuristas tipo espaciales, todo color blanco, en donde él y yo nos aventurábamos en busca de Dios, eran edificios enormes, con miles de pisos y situados en medio del cosmos. Incluso llegué a ver dentro de una cápsula de cristal enorme a una virgen que aparentemente era María, la “madre de Dios”, quien me entregaba mensajes, todos enfocados a mi “crecimiento espiritual” y algunos otros en donde me relataba lo que venía a futuro en mi vida personal.
Lina no es la primera que tiene interacciones con Ashtar y con la supuesta Virgen María… en este video vemos que ambos vienen correlacionados desde hace mucho tiempo, y que obviamente NO es la María Bíblica, madre de Jesús:
Justo para los últimos días de octubre de hace unos años, en vísperas del día de los “fieles difuntos” que se celebra en mi país, Otto me comentó que era importante estar preparada para las “pruebas” de los días 1 al 3 de noviembre, porque a esos seres que se quedaron vagando en el mundo cumpliendo una penitencia, o atrapados entre el mundo físico y espiritual, tenían una fuerza sobrenatural para atacar a “seres de luz” como él y como yo. Me espanté de verdad por no saber lo que me esperaba pero me resigné a soportar esa prueba porque ante los ojos de Otto y Luz yo era un ser superior a ellos y con mi ejército de “ángeles” yo podría ganarles la batalla.
En la madrugada para amanecer el día 2 de noviembre caí en un sueño profundo, y me situé en un lugar entre tinieblas y neblina, muy bizarro, y comencé a caminar hasta un lugar muy parecido a una iglesia católica, en donde se veía a un sacerdote realizando la representación de la ultima cena de Jesús, todos estaban hincados, excepto yo que estaba de pie mirándolos en un rincón de ese lugar, y justo cuando se levantó la hostia, pidió que se apagaran las luces y entonces comprendí que eso había sucedido para que se mostrara la verdadera naturaleza de todos los que ahí se encontraban, seres oscuros, con unos enormes ojos rojos y de siluetas exageradamente caprichosas que dejaban ver entes perversos, se volcaron a mí, intentaron halarme a ellos, parecía que se aferraban a las prendas de mi alma aunque yo me resistía, de verdad lo sentía, el miedo y la desesperación eran reales, me sentía muy consiente en mi sueño, pedía auxilio aunque nadie hacía algo por mí, lloraba y gritaba con fuerza, hasta que pude despertar, solo para traer con mi sugestión (o no) a esos seres alrededor de mi cama, que iban y venían al compas de sus cínicas risas. En la pared más cercana a mi cama tenía la imagen de Ashtar pegada y como por inercia voltee a verla, parecía que se reía de mi y eso me dio más miedo aun, agaché mi cabeza en un intento de resignación y esperando ansiosamente que al levantarla nuevamente toda imagen hubiese desaparecido, neciamente voltee donde Ashtar y al verlo sonreír nuevamente una voz en mi interior me hizo sonreí nerviosamente también cuando escuche algo como “prueba superada”. La “prueba” me mortificó por casi dos horas en las que también sentí la necesidad de hablar con Otto, él se limito a decir que todo estaría bien y que lo mejor sería que intentara dormir.
Para concluir con este episodio me conformé con la explicación-advertencia que me dio Luz cuando le conté y decidí atender a su sugerencia de volver a la iglesia católica, “confesarme” y “comulgar” con regularidad.
Tiempo después de regresar a la iglesia católica tuve la visita de una mujer de piel morena, muy hermosa que se sentó en mi cama y comenzó a darme varios consejos y una orden contundente: “Haz las cosas con pasión” me dio mucha paz y luego desperté, muy sorprendida y contenta por lo que había soñado, aunque no identificaba a esa mujer.
Cuando fui a visitar a mi abuela, al entrar en su recámara supe de inmediato que esa mujer que me fue a visitar fue la virgen de Guadalupe. Le conté todo a mi abuela y ella continuó la conversación contándome de repetidas visitas que a ella le habían realizado seres con túnicas blancas a lo largo de su vida, decían ser su madre y la virgen, así como seres vestidos de negro que le habían provocado sustos e incluso la pérdida de uno de sus hijos a días de su nacimiento.
Siempre vi a mi abuela fuerte y entonces creí que esa era otra señal, que mi abuela me había heredado sus habilidades psíquicas y de que la iglesia católica era el camino correcto.
A partir de ahí, Ashtar me visitaba en sueños, un ser muy muy alto, rubio, de ojos color verde y muy hermoso en verdad, vestía una túnica color azul rey (pensaba yo) con toques dorados, era majestuoso, imponente pero a la vez muy cálido y amoroso. Cuando algo malo me ocurría pedía su ayuda y milagrosamente al día siguiente todo estaba solucionado. El tema del bullying era recurrente en mi vida, incluso en mis sueños, ahí Ashtar lo impedía al aplicar efecto bumerang a cualquier acción en mi contra, aunque era muy confuso para mi, funcionaba tan bien que prefería ignorar el método y agradecer por el resultado… al fin solo era un sueño.
Me harté entonces de Otto, y le dije que no quería verlo mas, que no era nuestro momento y que jamás lo vería de una manera romántica, así que él con su resentimiento y todo se esfumó de mi vida, aunque no sin antes dictar sentencia y asegurar que algún día estaríamos juntos, que era cuestión de tiempo… tiempo que no ha llegado y espero que nunca llegue.
Ya más tranquila y con las mismas aspiraciones pero aumentadas, un buen día, como por arte de magia, encontré un libro que mamá había guardado para ella después de que mi tío favorito murió; en la portada una cruz, como la de Jesús (pensé yo) reveladora y muy espiritual y como título “Metafísica Cristiana” de Conny Méndez, no tardé ni un minuto en abrirlo y comenzar a leerlo. Me atrapó con esa asombrosa historia del “maestro ascendido” Saint Germain, el modo de cómo a través de los tiempos viajó y vivió como sus reencarnaciones le permitieron. Estaba maravillada, así que seguí y seguí hasta que lo devoré. Aprendí a decretar y a trabajar con los siete rayos, mis dos cosas favoritas en el mundo se habían hecho una sola para hacerme muy feliz. Me creí todas esas medias verdades revueltas con mentiras porque estaban sustentadas con la Biblia, todos los versículos citados coincidían.
Aquí aparece un recuerdo vago de una persona a quien yo apreciaba mucho, cuyo sentir a mi persona era reciproco. En alguna ocasión me invitó a ser parte de una logia masona, vio un potencial en mi, por mis ganas de aprender y mi forma de ver la vida, al menos eso aseguró, él recién comenzaba y deseaba que yo formara parte de algo tan importante, pero nunca tomé esa invitación en serio, tal vez porque aunque él se esforzó en explicarme de que iba todo esto, jamás lo hizo a detalle y aunque realmente me interesaba, mis ocupaciones no me lo permitían.
A partir de ese libro que me inició en la metafísica, vinieron otros tantos más, unos de mis favoritos, “el juego de la vida y como jugarlo” “la puerta secreta del éxito” “el poder mágico de la palabra” “el juego de la vida y como jugarlo para mujeres” de Florence Scovel Shin, “misterios revelados” de Saint Germain, “el corazón de las enseñanzas de Buda” y “Dios usa lápiz labial” de corte cabalístico.
Como por sincronía, encontré a un viejo pretendiente en los pasillos de la universidad, ahora en su nueva vida estaba divorciado, tenía un negocio propio y al igual que yo, tenía una vida enfocada a la espiritualidad. Quedamos en encontrarlos otro día para platicar y así fue, me visitó varias veces en casa y parecía que la atracción estaba ahí, que podríamos comenzar algo, pero algo más fuerte que yo me detenía. El estaba muy clavado en el chamanismo, incluso conocía a uno que le ayudó a prosperar económicamente y en su hijo que tenía una discapacidad, provocó avances muy satisfactorios, así que el aprecio que sentía hacia él era enorme y creía que estaba en deuda por todas esas “bendiciones” que le regaló. En varias ocasiones llegué a ir a su negocio y pude sentir todas esas “energías” muy pesadas que lo rodeaban, incluso vi una sombra muy alta con sombrero y una gabardina que se había instalado ahí como amo y señor; ahora por momentos así, veo claramente el precio de tener fortuna y éxito a causa de “trabajos” y “rituales”, porque a pesar de que de verdad a el se le daba en abundancia, estaba rodeado de gente hipócrita, robaban su negocio con frecuencia, le vinieron problemas legales, su propio hermano le hacía la vida difícil… en fin, tenía todo, excepto paz y tranquilidad. Mi reencuentro con el duró poco porque a la par, conocí a Daniel quien actualmente es mi compañero de vida, el me orilló a dejarlo de frecuentar, ya que aunque desde el principio le advertí que yo era una “trabajadora de luz” y que estaba rodeada de gente similar a mí, que además me pasaban cosas extraordinarias e inexplicables y era activa en el espiritismo, así me aceptó, pero esa amistad la rechazaba por completo por que sentía miedo de que además de mis peculiaridades, me fuera incluyendo en otros movimientos.
Seguí con sueños en donde la falsa virgen María y la de Guadalupe, videntes y familiares difuntos se me presentaban para exigirme que hiciera más rituales, que leyera y me preparara más, que me comprometiera en descubrir mi “luz” en su totalidad. Esos sueños de verdad causaban efecto en mí, ya que al despertar me sentía fatal por no cumplir las expectativas y es que se sentían muy muy reales.
Se me aviso de las muertes de mis familiares que experimenté en este proceso, justo en el día que morirían cuando me disponía a dormir me encontraba con que no podía hacerlo, me venía un temor inexplicable a la muerte, escuchaba susurros que con nada podía silenciar, era un sentimiento muy desesperante que se prolongaba justo hasta que ellos daban su último suspiro. Comencé a ver más seres desencarnados y a entregar mensajes a sus familiares, incluso me llegaba material como libros, sitios en internet y películas en donde se explicaban algunos métodos para canalizar.
Sentía como esas entidades se iban posando en mí, era algo bastante fuerte y traumático para las personas que estaban presentes. Perdía control de mi cuerpo, aunque era consciente de lo que sucedía, pude sentir el llanto, la desesperación, el enojo y toda emoción que me transmitieron esos seres, y terminaba la posesión disfrazada de canalización con mucho dolor en mi cuerpo, exhausta, con muchísima hambre pero con un sueño mucho más profundo que todo lo demás, en ocasiones llegué a descubrirme moretes o rasguños al día siguiente de cada episodio.
Después de tantas relaciones tóxicas comencé a despertar mi falso orgullo feminista y empoderamiento, aborrecía por completo a los hombres y no quería saber nada de ellos, solo quería encontrarme con mi alma gemela, mi amor verdadero. Artistas como Beyoncé eran mi inspiración, muchos de mis proyectos giraban en torno al empoderamiento de la mujer, me obsesione con este tema al grado de hacer canalización con ángeles femeninos para romper con votos de castidad de mis vidas pasadas, rituales con la energía de la luna para embellecerme y fortalecerme y rituales para sanarme ginecológicamente de algunos problemas que se me presentaron desde la adolescencia.
Continúe con mi preparación en metafísica y a la par mi relación con Daniel bastante complicada, ya que él se aferraba a protegerme, aunque yo no entendía de que o de quienes. Yo creía en el “amor libre” y muchas veces le manifesté que así lo viviéramos, que no quería compromisos con él, solo su compañía, pero parecía no entender nada y ya con la soberbia que la metafísica me dio, lo tachaba de ignorante, lo trataba mal y veía la manera de beneficiarme con su dinero. Le pedí libros y libros y libros y supe cómo conseguir que me regalara las cartas del oráculo de ángeles que tanto quería para comenzar a desarrollar mi don de la adivinación… me aproveche de su amor sincero. No temo decir que en ese tiempo no lo quería ni un poco, yo estaba obsesionada con la idea de que otra persona igual a mí, mi llama gemela, llegaría a mi vida y viviríamos enamorados en todas nuestras siguientes reencarnaciones, lo creía así porque cuando consultaba las cartas se veía venir un cierre de ciclo con alguien a quien no necesitaba en mi vida y estaba convencida de que esa persona era Daniel.
Luz no se volvió a presentar, la última vez que supe de ella fue el día que yo tenía una cita con una de sus amigas que me haría un trabajo (santería) para conseguir un buen empleo, una fuerza muy intensa me inmovilizo las piernas y un momento después recibí un mensaje de ella diciendo que su amiga no estaba bien, que lo dejaríamos para otro momento, curiosamente después de leer eso, pude moverme. Esa mujer me miraba con reservas desde que la conocí, tal vez quien la controlaba veía lo que vendría después y tal vez también porque desde que la vi, un miedo desmedido me invadió, tanto que sentía que proyectaba la imagen de una persona débil ante su mundo.
Lo que terminó de lavarme el cerebro, con lo que mi ego se infló y comencé a ser soberbia y ambiciosa, fue ese principio que dice: “la metafísica no es para todos, es solo para personas elevadas en consciencia”, eso me hizo sentir parte de una élite, de los elegidos, de los adelantados. Una chica que no encajaba en ningún lugar, que necesitaba pertenencia en algo, encontró al fin lo que buscaba (inconscientemente), porque ya Dios no me cabía en la religión, era mucho más grande, mucho mejor de lo que eso enseñaba, en realidad “El hombre es Dios con miedo”, como lo dijo el “Dr. Fox” que Conny Mendez citaba con regularidad en su libro de metafísica cristiana. Me lo creí.
El resto de la historia es predecible, sí, me volví un ser arrogante y despreciable cuando esas entidades me controlaban y me influían. Sí, creí en la estupidez del karma y veía a las personas con indiferencia, sí, me volví presa todos los defectos que quería cambiar en los demás y luego en mi misma para alcanzar mi máxima exaltación, sí, mis aspiraciones eran muy superficiales, quería fama y fortuna… sí, me sentí diosa y muy fácil y muy rápido me olvide del Creador, podría decir que aunque comencé en la espiritualidad porque quería conocer hasta el más mínimo rasgo de Dios, realmente nunca me dirigí a Él para nada.
Pero ahora comprendo que no era yo, que esa persona que soy jamás se fue, que eso que decía Daniel era real, éramos dos o más dentro de un solo cuerpo.
Y volviendo al comienzo, ROSACRUCES fue la palabra que se me había escapado de ese libro que me encaminó a la metafísica. Busqué el origen de esto y de ahí comencé a hilar muchos conceptos más. Experimente entonces una lucha por querer comprobar que eso que se decía de la era de acuario era una total mentira, que de verdad todo estaba bien, que no se trataba de paganismo, ni de luciferianismo, ni de un nuevo orden mundial dirigido por la elite, pero un documental de los años 80´s que encontré en YouTube del cual no recuerdo el nombre, me abrió los ojos, ahí se explicaba con detalle como los movimientos budistas e hinduistas no defendían nada más que una total indiferencia ante los hechos del mundo y como la gente enaltecía a sus líderes de una manera tan ferviente que no les importaba matar o robar con tal de conseguir dinero para que ellos estuvieran complacidos en la abundancia y lujos y los gurús nada hacían por erradicar conductas que contradijeran sus enseñanzas; se hablaba además de los efectos de la yoga ancestral, abarcaba ampliamente el tema de la metafísica propiamente de la era de acuario y de las consecuencias de la hipnosis.
Después fui a dar a una página de internet en donde se hablaba de los términos que utilizaba la nueva era que le quitaban toda su esencia única al Dios Todopoderoso y contradecían su Palabra, su Evangelio e iban en contra del orden natural de su creación. Así se me fue llevando, entre videos y más videos y páginas web, hasta que llegué al canal de Arella, al escuchar de su viva voz que muchas cosas que le ocurrieron a ella, muy parecidas a las que yo viví le dañaron tanto, tuve que entenderlo, era el comienzo del fin.
Me sentí burlada y decepcionada, todas esas creencias en las que sustente mi existencia y mi día a día ya no eran más, nunca fueron. Tuve que deshacerme del conocimiento inútil, vacíe por completo mi mente para poder re-aprender a leer, a hablar, a aprender, a comprender. Todo en mi se atrofió.
La caída de venda me fue realmente dolorosa, experimenté la ira en los ataques de mis controladores, me terminaron de hundir, me perseguían pensamientos e intenciones suicidas, depresión y agresiones físicas y verbales hacía Daniel entre más me documentaba e iba descubriendo la verdad. Me vino la peor racha económica y la más dolorosa racha de salud, me volví comedora compulsiva por la ansiedad y tristeza que todo esto me provocaba, los dolores en todo mi cuerpo, la fatiga y la apatía fueron mis peores males. Creí que me estaba volviendo loca, muchas veces pedí que me dejaran sola, quería que la muerte me encontrara porque sentía que ya no podía más, era muy doloroso encontrarme golpeada en el alma después de cada persecución.
Me sentí tentada a regresar una vez y otra vez a la nueva era cuando veía que nada mejoraba, estaba dispuesta a entregarme a merced de no sé quién. Recordaba lo que Dante Alighieri (otro escritor al que no se quien le “reveló” su obra) narraba en su libro La Divina Comedia sobre el infierno y los castigos impuestos a los herejes, eso exactamente estaba viviendo yo, muerta en vida, en manos del peor verdugo.
Lo más difícil ha sido no dejarme cautivar más por los caprichos y las vanidades del mundo, es una lucha fuerte y constante y solo puedo decirles que el verdadero arrepentimiento, la fuerza de voluntad, el amor compasivo y la sabiduría real, la que se encuentra a disposición de todos y sin una doble intención y que proviene del Padre, de su Palabra, son las armaduras con las que contamos para librar nuestra batalla. Deseo de todo corazón que el espíritu santo sea nuestra guía y que cada vez encuentren más bello en su corazón el camino estrecho, el único, el que Dios dispuso para que andemos, aún con las pruebas que encontraremos.
Ahora estoy viviendo un episodio del que no se que esperar. Una de mis compañeras de trabajo está muy metida en la nueva era y casi inmediatamente después de que entré a este lugar a laborar, me bombardeo con todas sus teorías y “el conocimiento” (como ella le dice) que jura es la única y real verdad. Desde que le vi me dio un poco de miedo, es que a veces se deja ver tan arrogante y agresiva, justo como me veía yo. Por fin, hace una semana decidí enfrentarla después de que sus conversaciones me dejaban cansada y con un dolor de cabeza intenso, me fastidié y le dije que no quería escuchar más de su sabiduría, que yo he decidido seguir mi propio camino y me arme de valor para contarle lo que me paso a mi estando inmersa en este mundo, me escucho, pero todo lo negó, en cambio dijo que debió ser que me ha pasado todo esto porque me “preparé” con las personas equivocadas, que todas ellas eran seres involutivos y que hasta traigo pegadas “larvas” que me están queriendo apagar mi luz y están oponiéndose a que evolucione y me libere del esclavismo de la religión y la palabra “retrograda” (refiriéndose obviamente a la Biblia). Fue la primera vez que ofrecí mi testimonio frente a frente y me siento mal por no poder cumplir con el objetivo que esto tiene, pero a la vez me da tranquilidad que pude expresarme y defender mi postura sin temer a las represalias. Y así es mi vida presente, estoy en constante alerta, más que nunca tal vez, para no dejarme influenciar, para no regresar a donde estaba y a donde nunca tuve que llegar.
Hermanos, si alguno de ustedes se extravía lejos de la verdad y otro lo hace volver, sepan que el que aparta a un pecador de su mal camino salva un alma de la muerte y hace olvidar muchos pecados.
5 Santiago 19:20
Hermoso testimonio, sigue adelante, no te rindas